La Cueva del Toro
Pedro Gurriarán Daza, Salvador García Villalobos
Como parte de los preparativos que se realizaron para conseguir la proclamación de Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, conseguido finalmente el 15 de julio de 2016, el Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera nos encargó el diseño de un nuevo cerramiento que sustituyera al existente en la Cueva del Toro.
La importancia y el interés de este espacio queda más que justificada gracias al trabajo que los arqueólogos Dimas Martín Socas y María Dolores Camalich Massieu llevan realizando desde el año 1977, realizando diversas intervenciones arqueológicas que han permitido estudiar una potencia estratigráfica de 2,40 m obteniendo una secuencia general de ocupación antrópica de la Cueva y la determinación de las fases estructurales, consecuencia de los usos diferenciados acaecidos a lo largo de su ocupación. Las excavaciones permitieron obtener y estudiar abundante material cerámico, lítico, óseo, textil, así como elementos de adorno personal. También se pudo analizar la arqueofauna y arqueobotánica de la cueva y su entorno.
El diseño del cerramiento tiene en cuenta: la durabilidad y resistencia, mediante el uso exclusivo de pletinas de 10 mm de espesor con tratamiento antióxido y pintura, aún así, en caso de corrosión no le afectará a su resistencia y adquirirá una pátina acorde a los tonos ocres del terreno; la diafanidad, muy importante para permitir la entrada y salida de los murciélagos, a la vez que permite la visión parcial desde el exterior sin necesidad de entrar; la mínima afección sobre la roca, para ello se aprovechan los taladros y barras del cerramiento anteriór; la seguridad, planteando un sistema de cierre oculto en el que se impide el uso de cizallas o elementos de corte desde el exterior; el diseño, que trata de hacer desaparecer la hoja abatible, e incorpora las proporciones de los ammonites existentes tanto en el techo de la Cueva como en múltiples zonas del Paraje Natural; y la flexilbilidad del diseño, capaz de adaptarse a cualquier forma sin perder el orden.
